Ollería

L’Olleria, alma del vidrio valenciano

La Villa valenciana de l’Olleria atesora una

larga tradición vidriera continuada desde la alta edad media, más de 800 años
de trabajos, sufrimientos y alegrías, llenos de magia y sudores, impregnando la
vida de sus gentes de un talante especial, llegando a influir el vidrio en su
paisaje, costumbres y fiestas.

 

El término de l’Olleria en la antigüedad estaba
incluido en el territorio de la Saetabis romana, donde sus habitantes ya
trabajaban el barro como alfareros y olleros, de donde proviene el nombre de la
población.

 

Inscripciones romanas demuestran la presencia de
la saga familiar de los Murrano, alfareros esparcidos por el Mediterráneo.
Pasando el tiempo con la llegada de los árabes, se introducen los vidriados y
con los primeros cristianos, relacionados con leyendas de cátaros y templarios,
conviven los hornos de cerámica y los de vidrio. El barro y la arena se
extraían de minas cercanas a la población, de las cuales habla el naturalista
Cavanilles y la ceniza de barrilla provenía de los saladares de Santa Pola, las
playas proporcionaban el alga de vidriero, necesaria también para embalajes.
Destacando los trabajos auxiliares de cestería protectora.

 

En l’Olleria se conserva una cerámica vidriada
del S.XlV donde se representa un primitivo dibujo de un vidriero soplando la
caña, creando una bola sobre un fuego. El antiguo dibujo sirvió de inspiración
al artista local Toni Grau Mompó para realizar el “Monument al vidrier” de l’Olleria, que se dedicó en el año 2010,
uniendo la larga tradición y la modernidad. La gran bola la sopló Rafa Abdón.

 

Con el paso de los siglos los primitivos hornos
de vidrio soplado abastecían de todo tipo de envases, botellas, grandes
garrafas y vidrio doméstico a una amplia zona geográfica, desde la costa del
antiguo reino de València, hacia el interior de la Mancha, Madrid, Murcia,
parte de Cataluña y Andalucía.

 

La gran expansión del vidrio de l’Olleria se
produce en los siglos XIX y XX, con el surgir de las grandes fábricas y la gran
producción, que se enriquecía con la llegada de maestros vidrieros de otras
zonas del estado y los empresarios de l’Olleria crearon fábricas en poblaciones
vecinas, para ampliar la producción, convirtiéndose en uno de los principales
centros productores de vidrio.

 

El gremio de vidrieros y forrado de garrafas, de
las cuatro grandes fábricas del momento, fue también el fundador de las fiestas
de Moros y Cristianos de l’Olleria en el año 1954, hoy declaradas de interés
turístico nacional.

 

 

Tras la introducción del plástico y la entrada
masiva de productos asiáticos, se inicia una época de crisis y es necesaria la
reinvención del sector.

 

Entrados en el siglo XXl, una época difícil para
el sector artesanal, nos obliga a mirar el futuro de la producción vidriera
desde puntos de vista más creativos y al tiempo promocionar el valor intangible
de tan larga historia.

 

Orgullosos de nuestra memoria y para dar soporte
y reconocimiento a tantas generaciones, hemos levantado el que quizás sea el
primer monumento al soplador de vidrio, en 2010 y al mismo tiempo se está
creando el “Museu del Vidre de l’Olleria”, en un centro histórico magnífico,
donde vamos conservando, poniendo en valor, divulgando y compartiendo con
quienes nos visitan, todo aquello que conforma el alma del vidrio. Por eso el
lema de nuestra Villa es: “l’Olleria l’ànima del Vidre”.

 

                                                                          

                                                                                                               
Antoni Grau Mompó

                                                                                                                    
museólogo

 

 

 

 

 

Bibliografia relacionada:

 

 

. “Llauradors i
vidriers”
autor :  Germán Ramírez
Aledón.

 

. “ Lèxic del vidre de
l’Olleria”
autor:  Josep Vicent Vidal
Vidal.

 

. “ l’Olleria,
població cabdal en la història del vidre”
 autor: Antoni Grau Mompó.

 

. “ l’Olleria, l’ànima del
vidre” guía turística, autor:
Antoni
Grau Mompó

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